Creo que todos los valencianos, siempre que escuchamos “Morella», nos imaginamos un castillo en una alta montaña cubierta de nieve.
Y es que, en Morella siempre nieva y tienes la sensación como que se ubica en el fin del mundo.
¿Cómo llegar a Morella?
Primero decir, que esperaba que fuese mucho más complicado llegar hasta Morella, pero nada que ver, nosotros fuimos desde Peñíscola, y la carretera está muy bien asfaltada y es ancha.
Nosotros esperábamos un duro puerto de montaña y solo aparece en el tramo final, el resto del camino es prácticamente, todo recto.
Además, para quitar ese pequeño puerto, están haciendo unas obras impresionantes, con unos puentes gigantescos, de aquí poco, llegar a Morella será un paseo.
Así que pongo en valor las grandes infraestructuras con las que cuenta nuestro país.
Para llegar por carretera, hay que voltear Morella hasta la entrada principal, la verdad es, que impresiona ver Morella desde abajo mientras llegas con el coche.
¿Qué ver en Morella en un día?
Nosotros fuimos a pasar el día y es más que suficiente, a no ser, que quieras quedarte más días para hacer senderismo o alguna ruta por la montaña.
Antes de entrar a la parte amurallada, a la derecha, hay un parking público bastante grande para aparcar el coche, yo os recomiendo dejarlo allí, ya que por dentro del pueblo os será casi imposible aparcar.
Una vez asentados, entramos por “El Portal de Sant Miquel”, la puerta de entrada que da paso al pueblo, pues Morella está totalmente amurallada.
Al poco de entrar, está la oficina de turismo en la que nos atendieron muy bien y nos dieron planos e información sobre Morella.
Desde allí os recomiendo coger la calle que va hacia abajo “Carrer Entimoneda”, para haceros una foto con la perspectiva del pueblo, luego podéis volver hacia la calle principal, donde están la mayoría de tiendas y restaurantes.
Nosotros entramos en la quesería “El Pastor de Morella” y nos compramos un queso de oveja de “pell florida”, tienen tanto de oveja como de cabra en distintas variedades.
Los hacen artesanalmente y si os gustan los quesos os recomiendo pasarse por la tienda.
La Basílica de Morella
Luego de ello, fuimos hasta “La Basílica de Santa María la Major”, que, personalmente, fue lo que más me impresionó, incluso más que el castillo.
El precio de la entrada son 2,50€ y os recomiendo entrar, por fuera, la iglesia es bastante bonita, pero por dentro lo es aún más.
La basílica es de estilo gótico y tiene unos relieves y unas pinturas muy bonitas, a parte, tiene un pequeño museo con una pequeña exposición de obras de arte.

Luego de ello, ya nos fuimos hacía el Castillo de Morella, su entrada cuesta 3,50€ y preparaos para subir cuestas y escaleras.
El Castillo de Morella
El Castell de Morella está un poco deteriorado, primero, porque tiene más de mil años, aunque se ha remodelado con el paso de los años por distintos mecenas y reyes y condes.
Y segundo, porque ha estado inmerso en muchas guerras, desde las disputas entre cristianos y musulmanes, pasando por el Cid Campeador hasta varias guerras civiles como “La revolta de les Germaníes” (1521-1522), “La guerra de Sucesión española” (1701-1703) hasta llegar a “Las guerras carlistas” (1833-1868).
Vamos, que todos la han utilizado como fortaleza.
Da la casualidad, de que Morella nunca fue una ciudad muy grande, pero su ubicación estratégica, la complejidad para llegar hasta allí y sus murallas, la hacían el lugar perfecto para preparar a los ejércitos y, al mismo tiempo, resguardarse de los enemigos, es por ello, que el castillo y las murallas recibieron muchos daños, llegando incluso a ser bombardeado.

Todo esto lo descubriréis en las distintas salas del Castillo de Morella, donde se explica la historia del pueblo y que me resultó muy interesante.
Dentro del castillo, os podéis pasar un buen rato, desde que empezáis por la plaza de toros, hasta que lleguéis arriba del todo, las vistas de Morella y de las montañas subyacentes son espectaculares y podéis hacer unas fotos espectaculares.
Sobre el castillo en sí, personalmente, hay castillos más bonitos, como el de Peñíscola, pero hay pocos que sean tan grandes como este, además, el Castell de Morella ha vivido muchas batallas legendarias, por lo que a mi parecer, lo hace más original, ya que muchos castillos de hoy en día están tan restaurados, que casi parece que los hicieron ayer.
En el Castillo de Morella no es el caso, una vez entras, sientes que viajas siglos atrás en el tiempo.
Una vez terminada la visita, volvimos hacia abajo por sus empinadas escaleras y buscamos un lugar para comer.
¿Dónde comer en Morella?
Volvimos a la calle principal (Carrer Juan Giner) y comimos un menú en el Restaurante del Hotel Rey Don Jaime, que por precio, cantidad y calidad estaba muy bien.
Nosotros fuimos en temporada baja, pero si vais en temporada alta (verano o algún puente) es posible, que os toque reservar en algún restaurante de Morella antes de ir, porque hay muy pocos bares, así que si vais en fechas señaladas os recomiendo hacerlo una vez lleguéis.
¿Qué hacer en Morella con niños?
A nosotros no nos dio tiempo para más, pero si vais un fin de semana u os quedáis más tiempo, Morella ofrece El Museu Temps de Dinosaures (El Museo Tiempo de Dinosaurios) que es perfecto para que vuestros hijos aprendan de paleontología.
La entrada cuesta 2€.
Si vais con niños, os recomiendo que sean un poco grandes, porque Morella es muy empinada y para recorrerla bien, es mejor que no se cansen cada dos por tres, por supuesto, no recomiendo traer carritos.
También nos comentaron, que en algunas temporadas hacen visitas por los alrededores de Morella y cuenta con un acueducto bastante grande que veréis al entrar en la ciudad.
Y poco más, si os gusta la montaña y el senderismo también hay diversas rutas para hacer a pie o en bici.
A 10 minutos en coche se encuentra el Parc d’aventura SaltaPins (Parque de aventura SaltaPinos), con distintos circuitos de aventuras con tirolinas y puentes colgantes, cerca de allí también hay algún albergue y casa rústica para el que quiere algo más campestre.